La edición número 20 del festival será recordada como una de más multitudinarias de su historia con más 140 mil personas presentes en el Parque Simón Bolívar en cada uno de sus días. Como en su primera edición, cautivado a las masas con sus sonidos fuertes, estridentes y juveniles.
Todo hasta acá suena muy bien, pero para algunos medios y para el concejal de la familia esto no ha sido suficiente. Han criticado a Idartes y sus colaboradores por el exceso de música “satánica” que se escucha en el evento.
«Aquí hay recursos públicos involucrados, en esa medida están obligados a no dejar atrás nuestras tradiciones musicales que son tan variadas y también a apoyar a nuestra escena local que tanto ha luchado por salir adelante” asegura uno de los críticos.
Valga aclarar que el festival este año contó con 4 escenarios diferentes y con ritmos desde la electrónica hasta el death metal, pero esto no parece suficiente para lo que no lo ven con buenos ojos.
Así que para hacerle frente a las críticas, las directivas encabezadas por el mismo alcalde Gustavo Petro han decidido cerrar el festival de una manera inesperada y que seguramente hará que muchos pongan el grito en el cielo.
Más de 30 artistas colombianos cantaran la ya famosa y siempre cordial canción “El himno de la alegría”. Para la interpretación se contara con artistas de la la talla de Marbelle, Edna Rocío, Cabas, Fonseca, Ana y Jaime, Martín Elías Díaz, Vicky, Los 50 de Joselito, Wamba, Escarcha, Café moreno y muchos otros grandes narra que han labrado a pulso la historia de la música colombiana.
AP también pudo confirmar algunas exigencias de los artistas invitados para participar en la acto. Marbelle pidió 4 pollos asados sin arepa ni pellejo, Wamba pidió 30 camisetas cuello V de diferentes colores para cada participante, los 50 de Joselito pidieron tarjetas “Viajero frecuente” de Transmilenio con cupo para un año, entre otras excentricidades .
Esperamos el festival termine de la mejor manera, que los asistentes puedan disfrutar de este cierre al máximo y, sobre todo, sin dejar de agitar sus melenas.