La administración de Gustavo Petro alista otra polémica iniciativa que será presentada al Concejo la próxima semana y que pretende eliminar el término «hueco» del léxico de los bogotanos para referirse a los daños en el pavimento de las vías de la ciudad.
De acuerdo con fuentes del IDU, «todo esto se enmarca en la apuesta de nuestro líder por estar a la vanguardia planetaria, lo que nos obliga a seguir criterios posmodernos de gestión pública que ponen todo el acento en el lenguaje como herramienta que moldea la realidad y que cuestiona cualquier pretensión de objetividad; tú, yo, todos, vamos construyendo realidad conforme nombramos nuestro entorno, es un paso más en la biopolítica del amor».
En ese orden de ideas, se quiere prohibir el uso de la palabra hueco y reemplazarla por la expresión «alteraciones imprevistas en el relieve de la superficie de habitabilidad urbana».
Así lo explica Jorge Duque Linares, asesor de lenguaje, realidad y actitud positiva, muy cercano al burgomaestre: «Mira: hay dos formas de habitar la ciudad, la de construir caos con el lenguaje, hablar de huecos, trancones, sobrecupo en transmilenio y la de construir una Bogotá Humana con la manera cómo enuncias tu entorno. La primera es la que nos han impuesto por siglos las mafias fascistas que vulneran la paz, la segunda es la revolucionaria, la nueva, la que permite cambiar un infierno por un paraíso sin gastar un peso, sin tener que ejecutar, gestionar, administrar y, de ñapa, un edén gobernado por el sexto mejor alcalde del mundo, ¿no es maravilloso?», afirma mientras reconfirma un tiquete a Barcelona.
Precisamente, el texto del proyecto incluye otras prohibiciones.»Contratación directa» desaparece para darle paso a «asignación inmediata en ecosistema de amistades progresista», «Trancón» sería sustituido por «paréntesis para la introspección humana», mientras que «sobrecupo», muy frecuente en las noticias sobre Transmilenio será reemplazado por «conformación súbita de masa crítica».
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