No para de girar el ventilador en la Corte Constitucional. Seguido a su denuncia sobre un supuesto interés del magistrado Luis Ernesto Vargas para que una tutela de la polémica estudiante Laura Moreno fuera seleccionada para estudio, reveló que en septiembre pasado el magistrado Mauricio González «se hizo el pendejo y no me dio regalo de amor y amistad cuando jugamos amigo secreto y yo le salí en el papelito. Este desaire no puede quedar impune».
«Supuestamente era secreto, pero no fue así y esa es otra irregularidad que quisiera poner en conocimiento de la opinión pública y de la Comisión de Acusación de la Honorable Cámara de Representantes. Y es que apenas terminamos de sacar los papelitos se formaron varios corrillos en los que mis colegas revelaron -deshonrando el espíritu de este juego que hace parte de la tradición de la Corte a la que me honra pertenecer- quién le había salido y qué pensaban regalarle. Fue ahí que me enteré de que yo le había salido a González y que pensaba regalarme una caja de almendras Italo que le habían sobrado de la sorpresa que le dieron en una primera comunión a la que había asistido recientemente».
Desde que se desató el escándalo de «Fidupetrol», todo tipo de habladurías se han escuchado en los pasillos del Palacio de Justicia. Se rumora, por ejemplo, que el magistrado Gabriel Eduardo Mendoza dirá cuál fue el colega que en la fiesta de cierre de año en diciembre abandonó el bar sin dejar para la cuenta, mientras que su compañero Jorge Iván Palacio ha dicho que pondrá en conocimiento de la opinión el nombre del togado que todos los días después de almuerzo deja el baño del tribunal impregnado de un «insoportable hedor, negándose sistemáticamente a utilizar el aromatizador de lavanda que a comienzo de mes nos entregan».
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