Publicado el por en Política, Proceso de paz.

De tendenciosos, cizañeros y castrochavistas de clóset calificaron directivas de la campaña por el No a quienes han criticado la sede del próximo foro de Álvaro Uribe, pues justo después del taller en Buenaventura en el que Leonard Rentería argumentó de manera emotiva su postura por el sí delante del expresidente Álvaro Uribe, el siguiente evento se realizará, pero en la Liga Colombiana de lucha contra la Afonía.

«La agenda del presidente Uribe se cuadra con seis meses de antelación, cualquier otra interpretación solo puede ser fruto del terrorismo comunista», aseguró un energúmeno senador Alfredo Rangel.

«De ninguna manera se espera que este sea un recinto ajeno a la deliberación democrática. El presidente Uribe entrará en diálogo con los asistentes recurriendo al lenguaje de señas, no es que lo domine, pero se defiende, como con el inglés», complementó una desencajada senadora Paloma Valencia.

«Sí, es verdad, ahí se sabe algunas señitas, como llevarse el índice a los labios cuando el interlocutor lo incomoda, mover la mano en señal de avance (siguiente pregunta, amigo), cuando se topa con un interrogante tendencioso dictado desde la Unión Soviética y llevarse la mano al pecho para lo del corazón grande con los inversionistas», aseguró un integrante de su equipo de seguridad que prefirió permanecer en el anonimato.

Otros observadores de los foros han denunciado que para futuros debates la delegación que acompaña al exmandatario reemplazará los micrófonos para las preguntas del público por palos de escoba pintados de negro, y el tinto de greca por agua de valeriana, para calmar los ánimos del recinto.

Por último, personas cercanas al ex mandatario fueron enfáticas en que el requisito de presentar un recibo de servicios públicos para poder ingresar al taller de ninguna manera busca evitar que en él hagan presencia quienes han vivido en carne propia el conflicto, sino que es un experimento de social political marketing sobre asimilación diferenciada del mensaje de salvación que adelanta el Centro Democrático en equipo con el Instituto Donald Trump para la nueva política.

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