En un hospital de Porto Alegre es atendido a esta hora el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien sufrió quemaduras leves en su rostro tras ser salpicado con agua bendita.
«El presidente está bien, las heridas no son de consideración. Mañana mismo retomará su agenda», declaró hoy Paulinho Soares, enlace de medios del palacio de Planalto.
El incidente tuvo lugar hoy en la mañana durante la inauguración del viaducto que une las poblaciones de Belha Rosa y Santa Martina, en el estado de Río Grande do Sul. El acto protocolario incluyó la presencia del obispo de la diócesis local quien, como es tradición en esta región del país carioca, asperjó agua bendita a la cinta que Bolsonaro debía cortar así como a los dignatarios presentes.
«Fueron unas pocas gotas las que alcanzaron a aterrizar en su rostro. Inmediatamente sentimos el olor a azufre y vimos las heridas supimos que teníamos que activar el protocolo. Llamamos entonces al equipo médico del presidente que procedió a retirarlo del lugar para seguir con la atención», complementó Soares.
Uno de los invitados declaró a medios internacionales que la situación estuvo casi siempre bajo control, salvo cuando el prelado, desconcertado con lo que ocurría y sin saber muy bien qué hacer, quiso ofrecer una oración por su recuperación. Entonces a Bolsonaro, que estaba en la ambulancia, se le voltearon los ojos y algo de saliva blanca y espesa salió de su boca. «Rápidamente sus asistentes le hicieron caer en cuenta al obispo de que no estaba ayudando a superar el impasse».
Conocido por su empeño en acelerar la destrucción de los recursos que facilitan la vida en el planeta, el mandatario brasileño afronta por estos días una caída en su popularidad tras los incendios en la región amazónica de su país. Tras lo ocurrido, anunció la expulsión de su país del Dios misericordioso que vela por la creación, el bien común y que toma partido por los menos favorecidos a quien responsabilizó de las heridas. «Prefiero al de los ejércitos y al de los ganadores que quema en el infierno -o en el Amazonas- a las mujeres adúlteras», puntualizó.