Una mala noticia recibió hoy el jefe del equipo negociador del Gobierno con el ELN, Frank Pearl al leer la letra menuda de la recompensa que ofreciera este fin de semana el presidente, Juan Manuel Santos, por dos cabecillas de esta guerrilla.
Cuando se disponía a llamar al número que dio el Gobierno para entregar la información, su pareja intervino: «ah, pucha, mira, acá dice que aplican restricciones y una de esas es que no vale para negociadores, qué vaina».
Pearl, que había tomado la precaución de ingerir una cantidad suficiente de helio para distorsionar su voz, reaccionó decepcionado, pues había alcanzado a hacer cuentas alegres con la suma ofrecida. Esta le alcanzaba para pagar tarjetas, comprar seguros educativos para sus hijos y le sobraba para un lote en Mesa de Yeguas, sin casa.
Como consecuencia del episodio, el exministro tuvo que cancelar todos los compromisos de su agenda para lunes y martes -que incluían las primeras reuniones con Antonio García y Pablo Beltrán- dado que el efecto del helio tarda 48 horas en desaparecer y, a juicio de sus asesores, sería fatal para la negociación que el representante gubernamental se sentara a la mesa con voz de Alvin y sus ardillas.