Los juzgados de familia están colapsados por cuenta de un inesperado aluvión de solicitudes de divorcio que se presenta desde mediados de octubre. Lo que al inicio parecía una simple ola de desamor, parece ser un fenómeno que tiene su origen en el cada vez más precoz advenimiento de la navidad en los hogares. «Las parejas no están conciliando, muchas se agarran porque llega el man a la casa y ya encuentra hasta renos en la entrada», cuenta Javier Duque, patinador en Paloquemao. «Con decirle que ya muchos prefieren que les pongan de los otros cuernos», añade mientras termina su tinto.
«Yo llego a la casa mamado de trabajar, sin ganas de saber de nada y esta señora hasta sabanas de Papa Noel compró y claro, le pregunto donde esta el divino niño y el pesebre y ahí si se hace literalmente la gringa…. Que se joda y que me respete también que esa gastadera de plata como si yo tuviera el rebillete» asegura, por su parte, uno de los futuros divorciados. Ante esto, amas de casa como Angie Silva, dicen que están en todo su derecho y que diciembre es el mes más feliz para ellas y que están dispuestas a luchar por defender la magia de la navidad. «Claro, como seguramente él no se la pasa metido en la casa», asegura en tono airado.
Por ahora, Asonal Judicial pide más recursos para atender la emergencia mientras que la Iglesia ha hecho un llamado a la calma y la paciencia dirigido a las parejas. Ha dicho también mediante comunicado de la Conferencia Episcopal que, aunque oficialmente no ha empezado la festividad, el que se adelante cada vez más no puede ser causal de anulación del vínculo marital al tiempo que aprovechó para recordarle a parejas del mismo sexo que no están autorizadas para armar el pesebre.