Aunque algunos pocos suspicaces lo sospechaban, gran sorpresa ha causado el anuncio que acaba de hacer Anamarta de Pizarro, según el cual todo el drama vivido por Bogotá en el último año por cuenta de la pugna entre su alcalde, Gustavo Petro, y el procurador, Alejandro Ordóñez, no era sino una obra de teatro de vanguardia y gratuita con la que el Festival Iberoamericano de Teatro buscaba premiar la fidelidad de los bogotanos en las 14 ediciones que ha tenido el evento.
“Todo esto hace parte de esta nueva corriente que viene impulsando la escuela de Jean Molé en París, que quiere llevar el teatro lejos de los escenarios e incrustarlo en la vida cotidiana para transgredir, polemizar y polarizar. Creo, a juzgar por lo visto, que esta experiencia ha sido un rotundo éxito, además porque supo combinar suspenso, drama y comedia en dosis justas aderezadas con un poco de traición y mucha improvisación”, afirmó Pizarro. “Por supuesto que un conjunto de tantas situaciones tan disparatadas y tan seguidas no podía ser real, ninguna democracia seria lo soportaría”, añadió. “Pero justo eso es lo que busca el teatro: poner a la realidad a reflejarse en el espejo de la hipérbole, de lo absurdo, todos sabemos que es imposible que exista alguien tan fanático como el personaje que interpretó Alejandro Ordóñez, quien en realidad es un librepensador, y la psiquiatría ha demostrado que egos del tamaño del personaje de Gustavo Petro, que en la vida real es muy apreciado por escuchar a todos los que lo aconsejan, simplemente no son posibles».
Por lo visto fue la obra más exitosa del evento y los organizadores están muy satisfechos. Los bogotanos sintieron en carne propia la propuesta dramática y la producción fue impecable. El único detalle fue que el tercer acto estaba previsto para el domingo, el día de la clausura, y por inconvenientes varios tocó hacerlo ayer martes. Un detalle mínimo que entra dentro de lo previsible en un montaje de estas dimensiones.
Los críticos han destacado el papel de María Mercedes Maldonado, que aunque pequeño, casi de extra, logró demostrar su potencial dramático y político: sus apariciones y declaraciones estuvieron cargadas de pasión y compromiso. El que no dio la talla es Rafael Pardo, que siempre se mostró parco y poco profundo en su interpretación de alcalde encargado. «No estaba convencido de mi papel y no tuve el tiempo suficiente para prepararme. Espero contar con más tiempo en una próxima ocasión. ¿Tal vez una comedia sobre el gabinete ministerial? La comedia es más lo mío», declaró a Actualidad Panamericana.
El reto ahora es para el departamento de utilería que deberá en cosa de una semana desaparecer los huecos, el exceso de carros, del pico y placa, tramitar las cuentas de cobro de los extras con parlamento que hicieron de atracadores y fleteros y encontrarle un hogar a Bacatá. A última hora conocimos que el protagonista emprenderá una gira por Suramérica bajo su identidad de GP Improv Flow.
Debe estar conectado para enviar un comentario.