Una lamentable confusión empañó el desarrollo hoy de la Caminata de la Solidaridad en Bogotá. Por órdenes de un mayor de la Policía, un grupo de patrulleros detuvo por varias horas al carismático presentador y piedra angular de la noche bogotana, Santiago Rivas, varias veces ganador del premio India Catalina en su categoría.
Según declaró, el oficial acababa de llegar del Catatatumbo, donde participó en la cacería que actualmente libra la Fuerza Pública contra dicho jefe narcotraficante. «Con las debidas disculpas paso a explicar lo acontecido: resulta que llevaba dos meses viendo esa cara día y noche, hasta en la sopa. Ustedes entenderán. Entonces veo pasar la carroza con el mencionado individuo estrella de la televisión que goza de innegable similitud con el objetivo de alto valor. Yo me confundo y ordeno el operativo relámpago para proceeder a su captura».
No obstante la rechifla y el estupor del público, el carismático anfitrión de «Los puros criollos» fue conducido a la URI de Puente Aranda para el respectivo cotejo de huellas dactilares. En este lapso, la noticia de la insólita aprehensión del capo en plena carrera séptima de Bogotá alcanzó a filtrarse.
Segundos después, el presidente, Juan Manuel Santos, tuiteó anunciando el hecho y calificándolo un «bálsamo en medio de una semana oscura», su antecesor y hoy rival se expresó a través de la misma red social de esta manera: «PreSantos captura Megateo. Capturar es castrochavista. En mi gobno no había capturas, baja, como varones. CortinaHum #bala #traidor #Farcsantos».
Aclarada la confusión, el propio Director General de la Policía dio la cara a la prensa: «Ofrecemos sinceras disculpas al Doctor Pirry por este contratiempo. Debe entender que nuestros hombres están sometidos a gran presión y no están exentos de este tipo de cacharros». Por su parte, Rivas, con su acostumbrada jovialidad, restó importancia a lo ocurrido y afirmó que el episodio le sirvió para hacer la investigación de campo de, no un programa, sino de toda una temporada de los Puros Criollos sobre las metidas de pata de nuestra justicia.
