Muy contento y en compañía de varios familiares se le ha visto por estos días al máximo comandante de las Farc, Timoleón Jiménez, Timochenko, departiendo en las paradisíacas playas de Varadero, Cuba.
«Hace como veinte años no tomaba vacaciones, tengo como dos años acumulados, pero solo pedí unos diítas para tomar un plan siete días ocho noches, todo incluido, aprovechando que con el cese se bajó el camello y que no tuve que gastar pasajes», aseguró el guerrillero a un reportero de este portal mientras le armaba un castillo de arena a la que, al parecer, es su bisnieta cuyo nombre aseguró no recordar.
«Cuando cuadramos lo de la venida a la firma del acuerdo de Justicia le pregunté a los hermanos venezolanos que si era posible que me cuadraran el pasaje de regreso para una semana después y menos mal no hubo problema», añadió. «Me gustó este plan porque regalan el coctail de bienvenida e incluye tour por La Habana vieja y montada en ese chorizo que lleva allá la lancha, lo malo es que ya me dijeron que por lo del peso me toca a mí solo».
«Camarada, había que recargar energías porque lo que se viene ahora es duro, muy bravo. Ya me dijeron que tengo que sacar RUT y RIT y empezar a cotizar como independiente obligándome a desafiliarme como empleado que era de las Farc, que se liquidan como tal. También conseguir fiador para el apartamentico en Bogotá. Me dicen los camaradas que ya están en la civil que lo de lograr que lleguen los técnicos de Claro a instalarle la banda ancha es bravísimo, que agota más que diez días de marcha por el monte», explicó haciendo una pausa en su lectura del último número de las Selecciones del Reader’s Digest en el cambuche que armó en la playa, motivo de envidia y admiración de los turistas presentes, la mayoría alemanes y holandeses.
Al indagarle por los motivos para decidirse a comprar el paquete, aseguró que más que pasar un rato en familia, «que es ante todo un capricho pequeñoburgués», decidió hacerlo «porque tenía unos dolaritos que ya se me iban a pudrir con esa humedad tan verraca de la selva. Tocaba mandarlos traer y gastarlos ya».
Consultados, los administradores del resort han dicho que los Londoño -apellido real de Timo- han demostrado un comportamiento ejemplar. «Lo único es que se están subiendo comida para el cuarto de los bufettes, como que tienen unas neveras de icopor y planean llevarse todo ese fiambre para Venezuela», declaró, por último, el administrador.