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Bastante agobio se siente por estos días en el círculo cercano del presidente Iván Duque. Todo por las reiteradas llamadas de su homólogo estadounidense, Donald Trump, a colgar. Esto, al mejor estilo de las famosas y recordadas ‘pegas’ o bromas telefónicas que hicieron furor hace unas décadas entre jóvenes de todo el planeta.

Todo en el marco de un giro inesperado en la postura de Trump frente a Colombia que ha incluido varias declaraciones subidas de tono criticando la falta de resultados de Duque en temas sensibles como la proliferación cultivos ilícitos.

‘Es desesperante. Es a toda hora y pues como es Trump pues es Trump y hay que interrumpir todo y correr para pasarle el celular. Al comienzo era él todo ilusionado, hasta hacía ese gestico de mover las caderitas que le tenemos pillado de cuando está contentón y luego siempre qué pecado la carita cuando oye el tu-tu-tu-tu’, aseguró una asistente del mandatario que pidió reserva de su identidad.

‘Creímos que era algún problema técnico porque acá por el centro todos sabemos que hay poca cobertura de los operadores, incluso que podía estar chuzado, pero José Obdulio fue claro en que no. Lastimosamente sí, es pura montadera de Trump. Dicen que le fascina. Que se vuela de la Casa Blanca de madrugada a jugar rin-rin corre-corre en algunos barrios de Washington’, confirmó otra fuente. ‘Siempre se sienta en el puesto de atrás del Air Force One y arranca a encender a calvazos a todos sus asistentes y pues quién le dice algo. Que Duque se de por bien servido y que si lo invita en estos días se invente algo para excusarse’, comentó un conocedor de la intimidad de la Casa Blanca.

Allegados a Duque se han atrevido a sugerir que deje de pasarle al teléfono, idea que fue rápidamente desechada: ‘si el presidente se entera, me mata, me deja sin permisos un mes’.

Sobre este tema, el expresidente Álvaro Uribe se pronunció a través de su perfil en Twitter:

«Doctor Trump, padre fundador. Figura paterna. No malinterpretar sus palabras, regaño y palmada bien dada hacen bien si vienen de padre de bien. Enderezan. Difundir. Poner otra mejilla.

La situación sería manejable de no existir otro factor de matoneo. Se trata de los frecuentes rappicalvazos que el inquilino de la oficina oval le ha enviado a su colega. Así describió esta situación cada vez más recurrente un funcionario de Palacio:  ‘Están llegando cada hora, dejan la bicicleta ahí junto a la reja y pues la orden del presidente -no aclaró a quién aludía- es que toca dejarlos entrar porque vienen de parte del doctor Trump. Si da como tristeza ver como lo sacan de las reuniones solo para que uno de esos pelados le pegue su coscorrón, pero dicen que es por el bien de las instituciones, duélale a quién le duela, incluso si al que le duele es al doctor Duque’.

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