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Foto: @cifuera

La promoción de la popular cadena de comidas rápida consistente en regalar 2.000 hamburguesas no solo ha producido filas de varios kilómetros en sus puntos de venta. También trajo un auge inesperado en las ventas para los vendedores informales de dicho producto.

«Toda esa gente está pero hambreada, ¿oiga?, yo sí sabía y me traje el carrito desde temprano y he vendido lo de dos semanas en dos horas. Ya mandé el chino a zoonosis por más materia prima porque la demanda está fuerte», aseguró uno de los varios vendedores que se han congregado en torno a los ansiosos comensales.

«Se aprovechan de una. Desde bien temprano uno pensando en hamburguesa y agarran a asar carne al lado, pues qué hace uno, comprarles hamburguesas, una no es de palo», aseguró Giselle Márquez, representante de la Asociación Tolimense de Cazapremios.

«Yo les compré dos, y estaban sabrosas. Cuando por fin me tocó el turno en el Presto, la que me dieron me supo horrible y le dije a la que me atendió que se ofendió y me insultó, pero no me ofendí, porque yo siempre dicho: ‘regalado hasta un madrazo'», complementó Aníbal Contreras, reconocido avivato.

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