Publicado el por en Bogotá, Entretenimiento, Farándula.

Los abogados de la firma dicen que “el daño a su imagen es incalculable”.

Los miembros de la peligrosa banda de los “lunytuns”, azote de Ciudad Bolívar por sus actos delincuenciales, jamás pensaron que terminarían tras las rejas por cuestiones de propiedad intelectual.

En palabras del abogado Gerald Jones, representante de Warner: “Es lo mismo que estamos haciendo en otros países, incluyendo los Estados Unidos, donde la cultura gángster se apropió indebidamente de nuestros personajes más amados, caricaturizándolos como delincuentes. Es algo que no podemos tolerar y que perseguiremos como Willie E. Coyote al Correcaminos, si me permite la expresión”.

La banda de los “lunytuns” estaba conformada por adolescentes tatuados hasta los tobillos con los emblemáticos personajes de “Fantasías Animadas”, como se conoció el programa en Latinoamérica. Bugs Bunny, el Demonio de Tasmania, Piolín y el simpático cerdito Porky están presentes en sus graffitis, camisetas, gorras y hasta en sus armas cortopunzantes.

“Estábamos sanos con las ruquitas cuando nos pudrieron re áspero esos aguacates a montarla, nos sacaron el boquifrío y todo, qué vaaaa… Les dijimos que nos dejaran sánchez, pero el gringo ese todo alebrestado nos dijo que se nos iba hondo que dizque por “usufración” de la marca de los Luni Tuns, qué vaaa, si los lunytuns somos nosotros, mero estilo de vida, más bien colabore que estamos recortinas para un abogado, bájese de esos pisos, en bombas, pirobo, no se me hierva…”, comentó Estivenson Rodríguez mientras despojaba amablemente de su calzado a este reportero.

La Policía no había podido retener a los 12 miembros de esta pandilla, con edades entre los 8 y 17 años, pues pese a ser reconocidos en todo el sector por modalidades de robo como el cosquilleo, el fleteo e incluso el pitufeo, dado que ninguna de sus víctimas interpuso denuncias por miedo a represalias y por falta de confianza en las instituciones. En este momento se enfrentan a una pena de entre 18 y 24 años por el delito de violación de derechos de autor mientras la Corte Suprema estudia un pedido de extradición de una corte de Hollywood, California.

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