Completamente abandonadas lucen hoy las obras del túnel de la línea, pero no por falta de licencias ambientales o por la caducidad del contrato, sino por cuenta de una guaca de las FARC encontrada hace dos días por operarios de la máquina tuneladora.
Los contratistas, ingenieros, interventores, constructores y empleados de la firma a cargo de la megaobra desaparecieron completamente y hasta se rumora que uno de ellos cambió de sexo y abrió una peluquería en Panamá.
«Empezamos a sospechar cuando vimos a los ejecutivos de la constructora y del invías llegando en camionetas blindadas de alta gama a la obra. De pronto uno veía cómo iban a prostíbulos de alto turmequé, y pues la verdad es que la infraestructura no da tanta plata. Por eso las sospechas.» Narró una fuente que prefirió guardar el anonimato.
En el Ministerio de Transporte nadie sabe a ciencia cierta qué pasará con la obra toda vez que quedó a la deriva.
«Interpondremos una acción de incumplimiento y otra de nulidad, revocaremos la licencia e instauraremos una demanda ante tribunales internacionales. Estamos seguros de que las obras se reanudarán en no más de 37 años, conectando por fin al centro con el occidente del país» Dijo Nicanor Pelaez, abogado del Ministerio de Transporte responsable de la ejecución de esta importante obra.
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