Una advertencia a la ciudadanía lanzaron hoy distintas autoridades para que no compren el popular ‘tercer ojo para ver el celular mientras maneja’ que por estos días pulula en semáforos, andenes y sanandresitos del país, en particular de Medellín.
«El mencionado objeto no es más que un ojo de vidrio pegado a una banda de caucho con silicona, de ninguna manera le permitirá al comprador ampliar su campo visual», aseguró el superintendente delegado para el comercio informal Patricio Henríquez. «Los cables son de circuitos eléctricos elementales que se usan en clases de física de bachillerato y en procesos penales por terrorismo».
El funcionario, en conjunto con la Policía y el MinTic pidió a la gente no patrocinar la que calificó como una «burda estafa».
«Por supuesto que un adminículo así no va a cumplir con la función que le atribuyen. A título personal les digo que el tercer ojo solo se logra abrir tras muchos años de dedicación a la meditación, al yoga y, en general, a la vida contemplativa. Yo tengo una tía vegetariana en Villa de Leyva que lo logró. Y aún así este solo capta vibraciones, campos energéticos y a duras penas ve auras, jamás una pantalla de celular».
El tercer ojo se suma así a una lista de estafas que han padecido miles de colombianos y de la que hacen parte, entre otros, las pirámides, el robaseñal, la baba de caracol, el noni con todos sus derivados y el referendo contra la corrupción y la politiquería de 2003.