Al tanto de la reciente escasez de mantequilla, presuntamente producto de la desmedida importación de leche en polvo, jóvenes emprendedores en rampante estado de hipsteridad han recurrido a gatas gestantes para suplir sus necesidades.
Esta idea ha tenido tanta acogida entre sus amigos cercanos que, incluso, han llegado a crear una SAS para comercializar sus productos lácteos de autor, tales como queso feta de siamesa o mantequilla a las finas hierbas hecho con leche madurada de gata persa.
“Es que mira, consumir mantequilla hecha con leche de vaca, así fuera deslactosada y todo lo que tú quieras ya nos parecía demasiado mainstream, y qué mejor oportunidad que esta para darle un nuevo rumbo a nuestra alimentación. Además, sacar la leche se convierte en todo un ritual y es súper fácil, solo se trata de juntar tu pulgar con el dedo medio espichar un poquito y listo, la leche no solo empieza a fluir sino que entras en una comunión única, increíble con tu gata; incluso mi novia ha ido más allá y le encanta tomar la lechita directo de Federica”, nos cuenta Lolo, principal accionista de “La Gatté”, establecimiento donde se venderán la mantequilla y demás elementos que, por el momento, funcionará en Usaquén.
“Eso sí, tienes que tener el super feeling con la gata, y obvio, asegurarte de que es una gata, porque mira que a mi socio Jirafo que no sabe diferenciarlos, le dio por ordeñar un gato que acabó de adoptar y pues… apretó lo primero que vio y el gato se lo tomó como mal sabes, porque tuvimos que llevar a urgencias a Jirafo, pero nada grave, mañana le quitan los 57 puntos”.