Mercedes Castro, mejor conocida en su oficina como Merceditas, sufrió un ataque de ira inesperado cuando encontró su escritorio decorado con motivo del día de la secretaria.
Al ver su puesto de trabajo decorado con bombas y serpentinas, Merceditas procedió a reventarlas una por una con un clip. Luego arrojó a la basura la tarjeta que decía «feliz día de la secretaria» y que todos sus compañeros habían firmado, junto a varios dulces y chocolates.
Juliana Ramírez, jefa directa de Mercedes en el área jurídica, quien aprobó la iniciativa y aportó para la compra de una torta, no pudo comprender su reacción, pues abandonó el puesto de trabajo en medio de una incontenible pataleta. «Ella gritaba y se tiraba del cabello. Decía ‘yo no soy su secretaria’ mientras botaba los arreglos que le habíamos dejado. Nunca la había visto así», comentó Ramírez.
Miguel Sandoval, uno de sus compañeros más cercanos, intentó explicar la airada reacción de Merceditas: «Ella siempre se la pasa corrigiendo al que le pregunta si ella es la secretaria de la doctora Ramírez, porque no le gusta que le digan así. Ella prefiere que le digan ‘asistente ejecutiva’, como dice en el contrato».
Otro empleado, quien pidió reserva del nombre, manifestó que a todos los de jurídica les pareció injustificada la reacción de Mercedes. «¿Cómo le dice usted a la mujer que llega de primeras a la oficina, contesta las llamadas, hace los reembolsos de los taxis, saca las fotocopias, imprime el calendario de los cumpleaños y organiza la cadena de ahorro en la oficina? ¡Pues secretaria! Qué íbamos a saber que ella se delicaba por eso», explicó, mientras devoraba la porción de torta que le corresponde de acuerdo a su aporte voluntario.
Para evitar problemas el año entrante, las directivas de la empresa discuten si es mejor celebrar el día de la asistente ejecutiva y de paso juntarlo con el día del coordinador logístico motorizado y el del supervisor de vigilancia privada, para reconocer de paso a mensajeros y celadores.