El hallazgo corrió por cuenta del departamento de investigaciones en genética y etología aplicada de la Universidad de Alabama. Esta entidad se puso en la ambiciosa tarea de comparar el genoma de ciudadanos de todos los países latinoamericanos para establecer patrones y particularidades. El esfuerzo tardó diez años.
La conclusión más relevante en lo que toca a Colombia es la certeza plena alcanzada por los científicos de que «los colombianos carecen del gen Homologo de Sonic hedgehog (SHH) responsable del estímulo de neuronas espejo, las causantes de una emoción fundamental para la convivencia como la compasión».
«Es por eso que un colombiano no tiene problema en colarse en una fila, o hacer doble, dejar que su perro haga sus necesidades en el jardín del vecino, parquearse bloqueando la salida de otro carro, descargar sus flatos en un ascensor o poner música a volumen muy alto un lunes en la madrugada. También explica por qué son potencia mundial en escoltas y reguetoneros. Este hallazgo nos dice que no debemos culpar a la persona, pues es imposible por parte de alguien con sus genes elaborar el raciocinio de que sus actos están afectando a otros miembros de la especie», declaró el doctor Douglas McGovern, responsable del equipo investigador a este portal.
El asunto, según hemos podido establecer, ha causado gran preocupación en el Gobierno. El motivo es que dicha información se encuentra en la lista de papeles exigida por la Ocde para los países aspirantes a ingreso. Hasta el momento la idea que más acogida ha tenido para afrontar el asunto es la esgrimida por la «Fundación Laureano Gómez para el avance de la genética» consistente en la importación de una cantidad indeterminada de sementales de países del primer mundo y en particular de empleados norteamericanos de la Dyncorp -que en Melgar ya demostraron con creces su fertilidad- para que sean la punta de lanza de un polémico plan de choque.
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