La opción de una fila para comulgar en la que se ofrezca hostias sin gluten es el primer paso de una ambiciosa apuesta de la Iglesia Católica para reconquistar a los jóvenes, apartados de ella por sus férreas posiciones en materia de moral sexual, entre otras razones.
Según informó hoy Radio Vaticana, se ha dispuesto de una estrategia resultado de una consultoría a cargo de una firma experta en tendencias juveniles para llevar a cabo transformaciones paulatinas que permitan que las iglesias vuelvan a ser lugar de reunión de las nuevas generaciones.
Otros cambios próximos a implementarse incluyen no hablar más de religión sino de «escena espiritual», sustituir el vino de consagrar por te verde, cambiar órganos por ukeleles y recordarle e invitar a los jóvenes a ser la sal -de mar- del mundo.