Un documento filtrado hoy a los medios promete sacudir la campaña para la alcaldía de Bogotá. Se trata de un diagnóstico de un grupo de expertos en el que se concluye que el aspirante Enrique Peñalosa padece de electorexia, como se le denomina a una patología poco común y cuyo principal síntoma es una incontrolable adicción a las elecciones.
Según los médicos consultados, esta enfermedad se manifiesta en el paciente mediante la imposibilidad de controlar sus impulsos por seguir, pero sobre todo participar en procesos electorales, sean estos de cualquier tipo.
«Él siempre dice que va a cambiar, que estas son las últimas elecciones y se retira, diga usted las de ‘p’irnos’, pero vuelve y cae. Y es que las de alcalde y presidente son las de las que se entera la gente, pero cuando no hay se las rebusca: se mete en las elecciones de presidente del comité de convivencia del edificio, de la asociación de padres, del comité pro-paseo a San Andrés, en todas», asegura alguien cercano y cuya versión confirma lo planteado por los galenos.
«En una época creímos que había logrado salir, pero una tarde como que pasó con la familia por un salón comunal en el que estaban eligiendo comité de ferias y fiestas y allá fue a dar de cabeza. Duró una semana metido en el barrio pendiente de la votación», añadió otro conocido del exalcalde.
Ambas versiones confirman otras tantas de funcionarios de la Registraduría que aseguran verlo merodear con frecuencia en los pasillos de la entidad. «Viene afeitado y con el pelo teñido, pero la altura, el acento y lo churro lo delatan. Siempre pregunta que si hay escrutinios», afirma una funcionaria que prefiere no revelar su nombre.
«El procedimiento para estos casos es un tratamiento en una casa de retiro. Aislamiento total durante varias semanas hasta se empiecen a ver avances. Lo importante es que no tenga contacto con elementos gatilladores como lo pueden ser votaciones de sitios web», explica el doctor Ruben Velasco, experto en adicciones y quien tuvo entre sus pacientes, entre otros, a Horacio Serpa y al mismo Lula da Silva.
Velasco afirma que lo más complejo en estas situaciones es que el paciente, inconscientemente, se las arregla para nunca ganar una contienda. De ahí que cuando ve inminente la victoria es inevitable que termine incurriendo en comportamientos que conducen irremediablemente e a la derrota, «pues en el fondo sabe que ganar lo inhabilitaría varios años, situación que ahí mismo lo pondría en síndrome de abstinencia agudo», concluye.
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