Era todo un misterio el paradero de la familia García Rincón. Tres años habían transcurrido desde el momento en que esta perdió cualquier contacto con sus familiares y amigos. Estados de Facebook sin actualizar, cuentas de Instagram paralizadas, en fin, todo un barrio consternado ante una inminente tragedia que parecía cernirse sobre el cielo de los García.
“Ellos siempre eran muy amables con todo el mundo y no tenían problemas con nada, ellos vivían una vida muy tranquila”, afirma la vecina más chismosa del sector. “Yo personalmente nunca los vi pelear entre ellos aunque si creo que el más chiquito era como marihuanero”, afirmó doña Adelaida*.
Llamadas sin contestar, abandono de sus trabajos y correos electrónicos sin responder, nadie entendía el misterio que rodeaba la desaparición de la familia. “Era como si uno tuviera un diplomado y de repente ya no”, afirma la impaciente vecina.
Así fue hasta hoy, cuando en horas de la mañana el CTI de la Fiscalía ingresó al domicilio. La escena que encontraron fue dantesca, aseguró uno de los agentes. “Entramos y vimos una casa convertida en un basurero, comida en el piso, fogatas en la sala y en la cocina y un fétido olor que inundaba toda la casa… Hallamos a dos de ellos tirados en el piso con algunas señales de vida y al más pequeño aullando en la mitad del patio en un estado casi primitivo (sic)”.
Luego de varias horas de intentar conversar con el menor pudieron obtener lo que podría ser la primera versión de lo sucedido. «Esta familia al parecer venia esperando una instalación del servicio de ETB de televisión, internet y telefonía y, según dice el niño, el técnico nunca llego, esperaron en los horarios de la mañana, la tarde y hasta de la noche y nadie les dio señas nunca, la única respuesta que recibían era del callcenter, donde decían: “le podemos reprogramar cuando quieran pero esto nunca pasó.”
Por ahora, la familia entera se recupera de este terrible trauma, seguros que a su salida un técnico se presentará, por fin, a su hogar y podrán volver a su vida normal.
*Nombre cambiado para proteger su identidad.