A su llegada a Londres para iniciar luego de un breve paso por Nueva York la pretemporada con su nuevo club, el Chelsea, el delantero Radamel Falcao García sorprendió a su esposa al pedirle «que esta vez no desempaquemos».
La razón de la peculiar petición del atacante tiene que ver con su reciente inestabilidad laboral que lo ha llevado a cambiar de lugar de residencia cuatro veces en los últimos cuatro años: de Madrid a Mónaco, de ahí a Manchester y ahora Londres.
«Deja afuera solo lo necesario: una sartén, el microondas, un televisor, dos DVD para no aburrirnos y cuatro mudas y un juguete para cada niño», le habría solicitado «el Tigre» a su cónyuge según allegados a la familia. Al parecer, solo cuando vea que su continuidad en el equipo que dirige el temperamental José Mourinho, tarea nada fácil, se decidiría a sacar el resto del menaje de sus cajas.
Para el siquiatra Everardo Torres, «es normal que esto suceda, se llama ‘el síndrome del delantero de alquiler’ y es un cuadro que vemos con mucha frecuencia en personas que desempeñan profesiones que demandan continuos cambios de domicilio. Es una reacción de defensa de la siquis ante los numerosos intentos truncados de generar apego y estabilidad. La recomendación ahí para Lorelei es que de a poquitos vaya sacando cosas, sin que él se de cuenta pues corre el riesgo de que mande empacar todo otra vez».