Por fin hoy se produjo el esperado acontecimiento que desde hace varias semanas venía anunciando el fiscal Eduardo Montealegre y que serviría para cerrar, como lo advirtió, con broche de oro su polémica gestión.
«Es indignante que este crimen que conmocionó a la humanidad lleve cerca de 2.000 años de impunidad. Era necesario que llegara una figura como quien les habla para esclarecer de una vez por todas con los hechos, hallar la verdad, hacer justicia y, por qué no, buscar reparación», declaró hoy, visiblemente emocionado, el saliente fiscal en rueda de prensa con luz, sonido, impulsadoras y máquinas de humo.
«La institución a mi cargo ha logrado gracias a estímulos a testigos, a la sobresaliente labor de la firma Springer Von Schwarzenberg y sus algortimos de vanguardia pero con efectividad retroactiva así como a una labor de relaciones públicas a mi cargo reunir elementos probatorios suficientes para solicitar nada menos que ante la Corte Penal Internacional la reapertura de la investigación por el asesinato del ciudadano Jesús de Galilea».
«El algoritmo nos arrojó serias dudas sobre aspectos hasta ahora considerados verdad histórica tales como el rol de alias ‘Judas Iscariote’. Hoy creemos que no fue el único y que contó con por lo menos tres cómplices más en la plantilla de discípulos. De igual forma, creemos que por lo menos tres estaciones del Viacrucis habrían sido inventadas para ocultar hechos más graves’, expresó.
El jefe del ente acusador explicó cómo a través de avanzadas herramientas de espiritismo lograron dar con un testigo presencial de los hechos que asegura que el papel de Poncio Pilato habría sido uno muy distinto. «Nos dice que lo de la lavada de manos lo mandó inventar él con falsos testigos, los evangelistas, para ocultar su participación activa en un hecho que era de su particular interés dadas unas tierras propiedad de la familia de Jesús que él tenía en la mira».
Por último, dejó entrever que su compromiso es con la verdad y la justicia, más que con algún mesías, credo o corriente espiritual. «El mismo sujeto también conocido con el apodo del ‘Nazareno’ deberá explicar por qué nunca se le cumplió al buen ladrón la promesa de un lote en el paraíso».