Aunque allegados afirman que se trató «de un error de buena fe de su asistente contable», el hecho no ha dejado de causar polémica en la capital del Atlántico.
Todo comenzó la semana pasada cuando, llegada la hora del arqueo anual de su patrimonio para efectos de la consabida declaración ante la DIAN, Damaris Patricia Correa, asistente personal del cacique y empresario habría incluido entre sus activos a la ciudad.
«Acá todo el mundo siempre ha dicho que don Fuad es el dueño de Killa, desde que llegué todo el que viene acá sale con la misma, y se supone que ahí había que meter todo lo que fuera de don Fuad, eso hice, solo quise hacer bien mi trabajo y más nada, pero ya, ya lo cambié y ya está», afirmó a AP mientras llamaba a la alcaldesa Elsa Noguera a dictarle la agenda del día.
Aunque no quiso dar declaraciones, fuentes cercanas al patriarca aseguraron que el hecho no fue para nada de su agrado, «cipote papayazo no joda», habría exclamado al enterarse de la confusión de su empleada.
«Lo que indigna a la sociedad barranquillera es que la haya valorado apenas en 25 millones de pesos, creo que ese error de buena fe deja en evidencia lo mucho que en realidad le importa la ciudad a don Fuad», afirmó Ismael Mendoza, presidente de la Cámara de Comercio.
Como dato curioso, entre los activos de Char Abdala aparece el disfraz de Willy el tiburón, mascota del Júnior de Barranquilla, 24 kits de perifoneo de los que se utilizan en algunas sucursales de las supertiendas Olímpica para anunciar rebajas y el apartamento en el exclusivo barrio Villa Country en el que el técnico Miguel Ángel López espera a que el Júnior se quede sin técnico para asumir como encargado por lo menos una vez al año.