Ante la urgencia por conseguir los cerca de 12 billones de pesos que hacen falta para que el presupuesto general de la nación de 2015 el Gobierno ha decidido emprender toda suerte de iniciativas novedosas y así, de paso, evitarse el duro trance de una reforma tributaria con el gasto de capital político que esta implicaría al tener que tocar el siempre sensible bolsillo de los contribuyentes.
Una de las iniciativas que acaba de ser aprobada en consejo de ministros y cuyos detalles serán revelados mañana por el presidente, Juan Manuel Santos, es la de emprender una gran rifa nacional «tipo bomberos voluntarios» de un avión de combate supersónico Kfir-C12 propiedad de la FAC. La boleta tendrá un valor de apenas 15.000 -se busca ante todo que los recursos sean aportados los ciudadanos de menos recursos, como es la costumbre en materia tributaria en Colombia- y jugará el 30 de diciembre con los tres últimos dígitos de la Lotería de Santander. Esto último a manera de guiño a Horacio Serpa.
Trascendió también que la idea habría sido autoría del ministro de hacienda Mauricio Cárdenas ante la exigencia de Santos de mayor «creatividad recaudadora» y tuvo inmediato apoyo de todo el gabinete. Al comienzo no estaba claro cuál sería el premio de la rifa. Se habló de la famosa máquina tapahuecos de Bogotá, por su amplio reconocimiento, luego alguien propuso una de las cámara hiperbáricas con las que Jorge Luis Pinto encartó a la Federación de Fútbol, pero ninguna de las dos era lo suficientemente atractiva. Fue entonces cuando el comandante de la FAC, presente en el recinto, afirmó tener «un KFIR ahí arrumado porque no pasó la tecnomecánica y nadie se le quiere medir».
Ya con el premio definido se estableció que el mismo sería paseado por los diferentes parques principales de las ciudades y municipios halado por un campero Toyota «Carevaca» que conducirá el mismo Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, para que no queden dudas de la seriedad de la rifa, a diferencia de la mayoría de estos sorteos informales.
Por último, se supo que el presidente personalmente entregó a cada ministro 6 talonarios con 200 boletas cada uno con la advertencia de que en dos semanas no debe haber una sola boleta en poder de alguno de ellos, razón por la que estos a su vez pondrán a sus hijos a venderlas en el colegio y a sus empleadas a sus colegas en el paradero del bus de los niños. Lo propio hará con embajadores, directores de departamentos administrativos, congresistas de la Unidad Nacional y jugadores de la selección Colombia. Solo si a última hora no se ha alcanzado la meta de talonarios vendidos se recurrirá a la ayuda que, generosos, ofrecieron los parlamentarios «Ñoño» Elias y «Musa» Besaile.
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