Un extraño fenómeno se ha detectado entre los hijos de padres conductores de vehículos de servicio público particular -taxis- consumidores habituales de populares y económicas bebidas energizantes: un número elevado de ellos estarían naciendo con facultades que parecen extraídas de la ciencia ficción, la más recurrente: visión nocturna.
«Acá estamos todos aterrados, pero sí, es verdad. Ya van 12 neonaticos a los que por las noches los ojitos se les ponen así todos verdecitos y no importa que la luz esté apagadita, igual ven entrar a la enfermera , y la puerta siempre queda lejitos, y arrancan a llorar», asegura Bárbara Sinisterra, enfermera jefe de un hospital de Bogotá especializado en obstetricia.
«Es algo asombroso, ¿ve ese mono? Llegó anoche de Boston, nos tocó pedir apoyo allá para que nos ayudaran a determinar causas. Lo único que le puedo decir es que sí, todos los padres de estos niños nos registran un elevado índice de consumo diario de estas bebidas, por encima de los tres litros. Ahí sin duda hay una pista», agrega Fernando Orjuela, director científico del centro hospitalario.
Voceros del Invima le han restado importancia al hecho. Una fuente en la entidad le dijo a este portal que el hecho puede ser positivo, «pues bien puede ser una ventaja comparativa para el colombiano del posconflicto en el cada vez más exigente mercado laboral. A gente así se la van a pelear las empresas de vigilancia privada y los empresarios dueños de discotecas, bares y moteles, por no hablar de las cooperativas de lanchas tipo go-fast», concluyó.