La Conferencia Episcopal anunció ayer a través de las distintas parroquias del país que para ser consecuentes con la grave sequía que afecta la totalidad del territorio nacional resultado del fenómeno del niño «la administración del sacramento del bautizo quedará suspendido hasta que el caudal de los ríos y embalses aumente al menos un 20 por ciento».
La decisión está en congruencia con los nuevos lineamientos de austeridad y cuidado del medio ambiente que el Papa Francisco ha promovido entre todos los católicos.
«En promedio un bautizo consume unos 300 mililitros de agua. Si hacemos las cuentas de que al año son bautizados al menos un millón de bebés en nuestro país, estaríamos hablando de un ahorro de 300.000 litros de agua. Una cantidad nada despreciable que ayudará sin duda a nuestras cuencas», manifestó una alta fuente de la iglesia que prefirió guardar el anonimato.
En el mismo sentido, la iglesia anunció también que el agua bendita será racionada y no podrá ser usada indiscriminadamente durante esta semana santa. Su uso quedará restringido únicamente para rociar tumbas de fieles en peligro de condena y en exorcismos de nivel 3 en adelante.
«Sin duda la lucha contra las tinieblas se hará más dura, ya que el agua bendita es nuestra munición, pero la iglesia también cuenta con otras armas en su arsenal que sin duda ayudarán en mantener la ventaja estratégica en esta confrontación. Ya hemos importado un container con camándulas desde China y ya se están reclutando nuevos fieles para que las usen», agregó la misma fuente.
Se espera que la sequía causada por el fenómeno del niño comience a ceder hacia finales de marzo cuando vuelvan las lluvias y se solucionen los problemas de contratación para paliar el fenómeno.