Por fin se abre paso una fórmula que permita un acuerdo entre el Gobierno y las Farc sobre qué entender por restricción efectiva de la libertad y cómo aplicarla.
Anoche se habría discutido en la mesa la propuesta -llevada por Noruega- de que los miembros de las Farc que sean responsables de crímenes de lesa humanidad establezcan su residencia durante un período de ocho años en la localidad de Suba, en Bogotá.
«Es una solución salomónica, de verdad, ideal. Ellos estarán en una ciudad, pero con libertad restringida como es la situación de todos los que viven en Suba. Tendrán acceso a Internet, teléfono, agua, luz y hasta a la plaza de comidas de Plaza Imperial, pero no estarán del todo libres, pues es bien sabido en todo el mundo que entrar o salir de esta parte de Bogotá es un martirio», aseguró Johan Goremberg, delegado y facilitador del país escandinavo. «Nos dicen que hay una línea de metro prevista para llegar a Suba, y que esto cambiaría su condición de localidad-cárcel, pero nos han confirmado también que han dicho que estará terminada en cinco años, es decir, veinte, para entonces ellos ya estarán a paz y salvo con la justicia».
«Es un esquema revolucionario en la medida en que se apoya en el autocontrol. Es decir, no tendrán brazaletes ni policías vigilándolos, si ellos quieren pueden intentar salir de Suba, pero todos sabemos que después del tercer trancón y el segundo taller vivencial de contorsionismo urbano en el Portal de Transmilenio desistirán y preferirán construir su nueva vida basada en el teletrabrajo y en el home schooling«, añadió, por su parte, un vocero de la delegación gubernamental.
«Nos preocupaba una vía de escape, la de Cota, pero esa se la pasa inundada y cuando no, entonces es el trancón de los papás que llevan los niños a clases de fútbol -que empieza el sábado y se prolonga hasta el viernes siguiente- se encarga de bloquearla, así que descartamos cualquier riesgo de huída por ahí», concluyó.
