Publicado el por en Salud y bienestar, Tendencias.

Un lamentable episodio se registró esta semana en Pereira donde Rosa Helena Sinisterra acudió al juzgado sexto de familia de dicha ciudad con el fin de iniciar los trámites de divorcio de su actual pareja. Faiber Galeano. La razón: comprobó que tras cuatro años de matrimonio este no se sabía de memoria el número de su celular.

«Todo iba bien en la relación. Pues, teníamos los desencuentros normales en cualquier pareja como cuando él dejaba la toalla mojada sobre la cama o salpicaba el inodoro, pero en general íbamos bien, no éramos tampoco pues Romeo y Julieta, Shakira y Piqué, Maturana y el Bolillo, pero lo importante era que nos queríamos», declara Sinisterra.

«Todo ocurrió el sábado, estábamos sacando a crédito una lavadora en el Éxito y para eso teníamos que llenar un formulario con la asesora de servicio al cliente. Yo le dije: ‘mirá Fai -así le decía- quedate vos con la señorita mientras yo voy a buscar cilantro y varsol’. Al regresar, ambos estaban de brazos cruzados. No habían podido validar la información porque les faltaba un dato: mi número de celular, y no pues ahí sí se me subió la sangre a la cabeza y todo terminó, algo hizo clic y al carajo la química, nada. Me porté mal, lo acepto, le hice show ahí mismo, pero no me arrepiento. Es que una tiene que hacerse respetar».

Afirma Rosa Helena que la memoria era precisamente el fuerte de su marido. Que se sabía de memoria todas las alineaciones del Deportivo Pereira y, más sorprendente aún, las listas de los partidos para cada una de las elecciones que ha habido para el Concejo de dicha ciudad desde 1988.

«Toda esa basura en la cabeza y no se había aprendido mi teléfono, que es el mismo desde el día en que nos conocimos. ¿Hay derecho? Es que en estos tiempos la verdadera pruebita de amor no es hacer el ‘cuchi-cuchi’, no qué va, es aprenderse esos datos que se guardan en todos esos aparatejos y este sinvergüenza no fue capaz. Yo mejor como que me busco otro que aunque no me quiera tanto, por lo menos sí me respete como se respeta a la gente hoy», concluyó mientras radicaba los documentos exigidos por el despacho.

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