Varios pasajeros del vuelo 9843 con destino a Armenia se quejaron por haber sido reacomodados a la última fila del avión para notar, con sorpresa, que sus puestos eran ocupados por el expresidente Ernesto Samper y su comitiva.
Mayor fue su asombro al ver el ingreso a la aeronave de «Trompita», la mascota del expresidente, quien ocupó varios puestos de la fila 7.
«Desde la 1:30 nos estuvieron diciendo que debíamos cambiarnos a la parte de atrás del avión por unos problemas de peso. No quisimos ser una molestia, por lo que accedimos, pero no me parece justo que después de varias horas de retraso, nuestros puestos sean ocupados por un elefante».
Otros pasajeros dejaron el mal genio y, tras el aterrizaje, aprovecharon para tomarse fotos con el simpático y barrigón pasajero que durmió todo el trayecto. Con el elefante también se tomaron fotos.
«Trompita» se comportó educadamente y fue alimentado con achiras y maní durante el vuelo.