La curiosa petición la dio a conocer el abogado Armando Hassle, apoderado de María Aguaspuercas, en la entrada del juzgado de familia Número 5 de Bogotá, cuando funcionarios de la rama judicial se amotinaron para exigir salarios justos.
Según el abogado Hassle, no ha podido conocer en qué va el proceso de divorcio de su apoderada desde que empezó el paro judicial, razón por la cual está pensando en tutelar los derechos fundamentales de su clienta ya que se ha visto perjudicada psicológicamente con la situación.
Actualidad Panamericana tuvo acceso exclusivo al escrito de la demanda de divorcio instaurada por Hassle en la que, entre otras cosas, María Aguaspuercas le exige a su exmarido una cuota mensual de manutención estética, voto de castidad vitalicio y un compromiso notariado en el que el demandado se comprometa a entregarle su alma por toda la eternidad.
Según los expertos y aunque parezca mentira, este tipo de peticiones absurdas no son nuevas en los procesos de divorcio ya que muchas mujeres que son abandonadas por sus maridos sufren lo que los psicólogos llaman el Síndrome de la Barbie divorciada que, en palabras de la psicóloga Rosalba Bohórquez “consiste en buscar con el divorcio una revancha psicótica que restablezca el orden natural de sometimiento masculino”.
Para la psicóloga, esta revancha busca favorecer intereses personales de la mujer en detrimento de la solvencia económica del hombre y es común entre quienes no han superado el rompimiento amoroso, pero no descarta la idea de que este síndrome pueda relacionarse con un cuadro patológico más serio llamado Complejo Disney “que se desencadena cuando una mujer que se cree princesa descubre que su hogar no es un castillo ni su esposo un príncipe azul”, concluye Bohórquez.
Si bien es muy posible que Aguaspuercas no consiga obtener las pretensiones demandadas, lo cierto es que habrá que esperar a que los juzgados vuelvan a funcionar para saber en qué termina este divorcio cuyo trámite se ha visto estancado por el paro judicial.