Los vecinos de este simbólico corredor del centro de Bogotá amanecieron ayer con la sorpresa de ver en el espejo de agua unos dispensadores de shampoo instalados por la Alcaldía Local de La Candelaria.
«Todo esto tiene cuádruple propósito: generar condiciones de inclusión y bienestar a quienes a diario utilizan el agua del espejo para su aseo; preservar e impulsar dicha tradición que se remonta a las pilas de agua de la colonia y a los gamines que se bañaban en La Rebeca, es decir, no hay duda de que es patrimonio de la ciudad; proporcionarle al turista que se embadurna con un helado de San Jerónimo de curuba la infraestructura para que pueda higienizarse y seguir su recorrido hacia Monserrate y, por último, y la más importante, darle una estocada definitiva a las mafias de piojos y liendres, aliadas de las de la contratación», explicó un vocero del Departamento Administrativo de Bienestar Social, que asesoró la implementación de los dispositivos.
En este propósito de inclusión se informó que algunos de estos contienen creolina y serán para uso exclusivo de portadores de rastas, una decisión que representantes de esta población consideraron como «hostil e intolerante», opinión que no compartieron sus madres, que aplaudieron la medida.
La medida generó reacciones encontradas en el Concejo. «No me parece, no entiendo cómo hacen esto de la noche a la mañana sin un estudio previo de factibilidad, sin si quiera preguntarle a los beneficiarios si prefieren Konzil o Pert Plus; nuevamente estamos ante un caso de evidente improvisación», afirmó Juan Carlos Flórez, de la ASI. «No sabía, no estoy enterada, pero si lo decidió nuestro líder, pues tiene que estar bien, todo lo que él hace está bien», respondió una concejal del antiguo movimiento Progresistas.
La Procuraduría, una vez más, se mostró en desacuerdo. Un vocero explicó que el aspecto fálico de los dispensadores sumado a lo viscoso y blanco del shampoo le da a todo el conjunto una fuerte connotación erótica que no es tolerable en un espacio público frecuentado por menores y mujeres.
Por último, pudimos establecer que la medida pretende que su público objetivo no se limite a los habitantes de la calle que habitualmente se lavan el pelo en dicho lugar. Para tal fin, en una segunda etapa se tiene prevista la instalación de secadores, con el propósito de que las alumnas de las universidades privadas del sector puedan hacer una pausa y hacerse allí el blower mientras contemplan Monserrate.
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