Publicado el por en Salud y bienestar, Tendencias.

De cuando en cuando la ciencia nos sorprende con hallazgos que tienen implicaciones directas y concretas en la vida cotidiana de las personas.

Esta vez se trata de un estudio a cargo de la Universidad de Santa Mónica en Dayton, Ohio, el cual pudo comprobar que el olor fétido que producen los pies de quienes portan zapatos deportivos blancos de la marca Converse es un potente estimulante de la producción de feromonas sexuales, aquellas responsables de detonar conductas proclives al apareamiento entre humanos.

«¿Ves ese ratoncito copulando? A él le aplicamos en los pies esencia de pecueca de Converse, creo que los hechos hablan por sí solos», declaró a Science Press el encargado de comunicaciones del proyecto.

«Para qué le digo mentiras: desde que están de moda esas zapatillas permanecemos llenos lo que es fines de semana. Pero también en horas valle ha aumentado pero bastante la clientela», afirma el administrador de un reconocido motel en el sector de Chapinero, en la capital colombiana.

Expertos consultados no se sorprenden. Coinciden en que desde hace varios años se viene examinando el papel de la pecueca como potente transmisor de información sobre el desempeño sexual de las personas. Dichos datos van codificados en los ácidos que recubren algunas moléculas de las bacterias que lo componen y que el cerebro receptor inmediatamente identifica para proceder a estimular la zona del cerebro responsable del cortejo previo al acto sexual.

«Esa información la conserva el cerebro en el inconsciente. Para ser claros: si su pareja usa Converse blancos y ‘sin querer’ mete el pie en un charco, con todo  lo que eso implica posteriormente en términos de olores es porque está dispuesta a que esa noche tenga lugar actividad de índole amatorial horizontal», advierte el vocero.

El hallazgo ha tenido tal repercusión que en los distintos sanandresitos y sex shops del país ya se consigue el perfume inspirado en pecueca de Converse blanco.

Representantes de laboratorios de talcos han calificado el mismo como ‘vil pseudociencia».

 

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