Mucha controversia ha causado la decisión de la Asociación Colombiana de Librerías de ubicar los libros sobre posconflicto en los estantes reservados a los libros de ficción.
La novedad, de la que poco a poco se han ido dado cuenta León Valencia, Álvaro Leyva, Ana Teresa Bernal y dos o tres pazólogos más -únicos interesados en dicha literatura- ha generado diferentes protestas, precisamente de este mismo gremio.
«Es indignante. Justo cuando el proceso pide a gritos ser rodeado, justo cuando la invitación es a que la sociedad civil se empodere y rodee este intento de paz que puede ser el último, esta promesa de un mejor país para nuestros hijos y nietos, que de esta manera un gremio transmita tremendo mensaje de desconfianza. Sospecho que los libreros hacen parte de las bases del Centro Democrático, no encuentro otra explicación», afirmó una exaltada Cecilia López.
«Es pura paranoia. Nosotros en nuestro oficio tenemos unos estándares mínimos que surgen del compromiso que tenemos con nuestros clientes de ofrecerles un servicio de calidad. Si ponemos los libros sobre algo que no es real en la sección de los temas reales pues los estamos engañando, Es tan sencillo como eso. Y que no se quejen, porque en ficción también tenemos la biografía de Uribe y los informes de gestión de Petro, así que consideramos, y así lo decidimos en asamblea, que esto es una pataleta sin sentido», afirmó Álvaro Roa, presidente (e) de la Asociación.
Molesto también, el presidente Juan Manuel Santos aseguró que la decisión es absurda pues «en Colombia ya estamos en el posconflicto, prueba de ello es mi barrio, La Candelaria, uno sale y lo ve lleno de gringos».
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