Una nueva denuncia de abuso por parte de los promotores de la desobediencia civil que lidera el Centro Democrático se conoció hoy a través de redes sociales. Esta vez, los ciudadanos se quejaron de que tras firmar las planillas en contra de los acuerdos de paz con las Farc, inmediatamente quedaron inscritos en la compra de tiempos compartidos en un condominio campestre de Anapoima.
«Yo, como la gran mayoría de colombianos, solo leo los titulares de la prensa. Por eso cuando estos muchachos del Centro Democrático me invitaron a firmar en contra de la inminente invasión de los ejércitos de Mordor en cabeza del castrochavista Maduro y apoyado por el comunismo ateo de las huestes de Satanás, inmediatamente puse mi nombre y cédula. Lo que no sabía es que también había firmado para la compra de un tiempo compartido en Anapoima», se queja Eulalia Ramírez, vecina de la localidad de Usaquén.
Y es que desde el instante mismo en que firmó el documento, la señora Ramírez comenzó a recibir todo tipo de llamadas, notificaciones, volantes y hasta sufragios, presionándola para que pague la primera cuota de su tiempo compartido, «so pena de que su casa sea expropiada por el comunista Santos y convertida en expendio de bazuco».
«Yo la verdad estaba tan confundida que tuve que pagar la primera cuota. Ahora estoy obligada a ir dos semanas al año a Anapoima y las llamadas siguen, esta vez ofreciéndome entrar a trabajar a una multinacional llamada Herbalife en la cual puedo hacerme multimillonaria y ser mi propia jefe, cuando yo lo único que quiero es disfrutar tranquila de mi jubilación acá en Bogotá donde no tengo que pagar por aire acondicionado.»
El caso de Ramírez se ha repetido a lo largo de la geografía nacional incluyendo no sólo tiempos compartidos, sino también suscripciones a Claro, rebajas en hoteles de Guinea Ecuatorial, jugo de noni, baba de caracol y hasta dotaciones vitalicias de laxantes.