El afán por iniciar su vida como Nobel de Paz profesional ha llevado al presidente, Juan Manuel Santos, a contemplar alternativas del tipo ‘outside the box’.
Luego de que el vicepresidente, Óscar Naranjo, se negara sistemáticamente ‘a echarse encima la mano de chicharrones’ que le quedan a su jefe, Santos, cansado ya tras siete años en el cargo y ansioso por debutar como reputado conferencista de talla mundial y futura promesa del jet-set internacional pidió a sus asesores explorar opciones.
Fue así como tras descartar dejar el país a cargo de un algoritmo o de Julio Comesaña, tomó fuerza la posibilidad mencionada. «Rappi es una maravilla, te solucionan lo que sea, desde el antojo de una pizza de queso con bocadillo hasta una base de datos bien popocha para una campaña, ¿por qué no pedirles que me manden a un mancito de esos a reemplazarme de aquí a agosto? ¿cobrará mucho?».