La voluntad de la plana mayor del Polo Democrático de jugársela desde ya anunciando la candidatura del senador Jorge Robledo para las elecciones presidenciales de 2018 se ha topado con un obstáculo inesperado. Al menos tres veces en las últimas dos semanas delegados del comité directivo del partido han abordado al parlamentario con la pregunta de si acepta la nominación y las tres veces se han quedado sin respuesta.
La razón, según explicó uno de sus más cercanos asesores, es que Robledo no ha sido capaz de decir que sí, pero no porque no esté interesado, sino porque ha olvidado cómo expresar oral o vía lenguaje corporal una postura afirmativa luego de tantos años de solo decir que no.
“Yo creo que sí quiere, pero pobre, la última vez que dijo que sí fue cuando una novia se le declaró, todavía vivía en Manizales, es decir, hace ufffff”, declaró uno de los asesores más cercanos de quien es la figura con mayor favorabilidad dentro del Polo Democrático y quien fue noticia el año pasado cuando pidió a Facebook implementar la opción “No me gusta”.
“No hay que dramatizar. Es cosa de que empiece unas terapias neurolingüísticas que ya le recetó una doctora y yo calculo que para julio a más tardar ya habrá logrado decir que sí, menos mal hay tiempo”, concluyó.
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