En lo que algunos consideran una muestra más del ingenio que caracteriza a los colombianos, en este caso las colombianas, y otros no dudan en calificar de un vulgar atajo a la ley, las trabajadoras sexuales de esta polémica zona han decidido ampliar su portafolio de servicios ofreciendo compañía a los conductores que ingresen al centro de Bogotá . La idea, según informó una vocera del gremio, es aprovechar la ubicación estratégica del barrio, justo en los límites de la zona en la que el Distrito premiará a los carros con más de tres ocupantes eximiéndolos de la muy cuestionada restricción en una medida que busca estimular el uso compartido del vehículo particular.
Desde ya en los establecimientos donde laboran se ha bautizado el servicio como “Pico sin placa”, lo que no implica que quienes lo contraten deban entablar contacto físico alguno con la o las damas, ahora sí, literalmente, de compañía. “Ya si el caballero desea, por supuesto que se le puede ofrecer un paquete más completo, que vaya mucho más allá de la compañía, no dudamos que muchos aprovecharán para una mayor compenetración”, dijo entre risas una administradora de uno de los centros nocturnos. “Esta es la verdadera política del amor”, añadió.
La idea ha tenido tanta acogida que ya dos emprendedores paisas, clientes frecuentes de los establecimientos del barrio, han ofrecido desarrollar una singular aplicación que facilite el contacto entre trabajadores y conductores. Esta llevaría un nombre de muy fácil recordación: “Cuquiuber”.
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