Una voz de alerta lanzó la Unesco al incluir al café de greca colombiano en la Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial en necesidad de salvaguardia urgente.
Aunque la decisión es en parte un reconocimiento al valor cultural de dicho producto -no necesariamente gastronómico, coinciden los expertos- y por ello podría ser vista como una buena noticia, también contiene un ingrediente negativo, pues se incluye ahí en la medida en que ‘está en serio riesgo de desaparición’.
‘Durante décadas el tinto de greca reinó sin contendor, pero en el último tiempo la proliferación de tiendas de café y pan bajo la denominación ‘Tostao’, entre otras, que han logrado posicionar el café ‘americano’ elaborado con otros métodos lo han puesto en serio riesgo’, afirmó Johanna Krauzen, directora de bebidas patrimoniales de la Unesco, desde Paris.
El comunicado que anuncia la decisión se refiere también a la importancia sociocultural de esta bebida toda vez que ha sido epicentro por décadas de espacios de desahogo de tensiones laborales vía construcciones de narrativas alternativas sobre supuestas actividades y comportamientos privados de superiores laborales. Es decir, chismes. Así mismo, se refiere a ella como componente ‘esencial e irremplazable’ de la expresión, declarada también patrimonio por la Unesco en 1993, ‘¿tintico o aromática?’. Al respecto, Krauzen fue tajante: «Sería inimaginable e inviable replantearla en términos de ‘¿americanito o aromática?'».
Por último, hizo una aclaración. ‘Quiero ser enfática en que esta decisión no incluye un juicio de valor sobre los méritos del tinto de greca en cuando a sabor o aroma. Y aquí no puedo dejar de morderme la lengua y a título personal decir que es una absoluta mierda, que cuando lo probé en una visita a su país me dejó blandita durante dos semanas y eso que no fue recalentado’, añadió dejando de lado por unos segundos su característico temple germano.