A última hora se canceló ayer la ceremonia en la que el alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro, tenía previsto condecorar con la medalla José Acevedo y Gómez en el grado Cruz de Oro a la popular máquina tapahuecos por los servicios prestados a la ciudad.
Según informó el asistente personal de la máquina, Inti Chalita, cuando esta iba a ingresar al parqueadero del Palacio Liévano se le informó que había orden terminante «de arriba» de no dejarla «ni siquiera arrimar».
«Tratamos de averiguar más y pedimos que viniera el supervisor del vigilante quien dijo, como su subalterno que él solo obedecía órdenes. Llamamos al despacho de nuestro querido líder y ahí alguien, una mujer, que nunca dijo quién era nos dio a entender que era que doña Verónica estaba celosa con la máquina y que por eso la orden y que mejor dejáramos así», explicó Chalita.
Cabe recordar que desde su llegada al país el año pasado, el burgomaestre no ha perdido oportunidad de demostrar públicamente su afecto y admiración por dicho aparato, al punto que, por lo visto, esta relación comienza a pasarle factura en su vida personal.
Ante la noticia del no ingreso de la máquina, y ya con el vino y los canapés comprados se decidió entregarle la medalla a una representante de las palomas bogotanas por su participación activa en el reciclaje de desechos orgánicos en el marco del programa «Basura cero».