Familiares de los adultos mayores del hogar Ocaso Dorado de Bogotá denunciaron hoy que sus allegados fueron forzados a desempeñarse como “Gabos” en la inauguración de la Feria del Libro de Bogotá sin su consentimiento y, lo que es peor, sin remuneración.
“Les dijeron que los iban a llevar a la Feria y ellos felices, porque a la mayoría le gusta ‘La Vorágine’. Pero al llegar, en lugar de llevarlos por los pabellones los llevaron a unas oficinas donde les pusieron un bigote falso y a los que no tienen canas les echaron disque talcos en el pelo. Imagínese, algunos hasta resultaron alérgicos, dos no han parado de estornudar. Luego les dieron a todos la misma ropita y les pidieron que salieran y le sacaran la lengua y le hicieran pistola a todo el que vieran, un abuso, además de un irrespeto a los buenos modales”, aseguró un familiar de uno de ellos que pidió reserva de su identidad.
Testigos aseguraron que al menos uno de los ancianos habría agredido con un coscorrón a un niño entusiasta del realismo mágico que lo persiguió por varios pabellones, mientras que los problemas de incontinencia de otro habrían dejado un ligero trauma en una niña que se acercó a pedirle un autógrafo.
“Nosotros suscribimos un convenio con el hogar para que ellos nos proporcionaran la flotilla de abuelitos que necesitábamos para esta, que era una de las sorpresas que queríamos tener en la inauguración, pero en el contrato queda claro que ellos son los responsables de los ancianos, la letra menuda nos blinda y no haremos más comentarios”, aseguró un vocero de la organización mientras en la otra mano sostenía un Avantel en el que una practicante le reportaba preocupada que el autor argentino que fue a recoger al hotel acababa de llegar en estado lamentable.
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