Los nuevos aviones Airbus A320 de la aerolínea de bajo costo Viva Colombia incluyen un aditamento que promete dar mucho de qué hablar. Se trata de un aviso luminoso que indica a los pasajeros en qué momento es apropiado aplaudir.
“Con nuestras primeras naves encaramos el problema inesperado de los decibeles por encima de las normas de la FAA y de la Aerocivil en el aterrizaje que estaban afectando el fusejale restándole vida útil, lo cual a la postre nos estaba generando un prejuicio en forma de sobrecosto que no teníamos previsto”, afirma su gerente de flota, Samuel Valenzuela.
Ante tal situación, para el siguiente pedido los directivos de la línea aérea que ya completa tres años de operaciones exploraron con las directivas de la fábrica con sede en Toulouse, Francia, la posibilidad de una señal luminosa que permitiera regular este factor.
“Al comienzo se sorprendieron, pero luego de que uno de sus ejecutivos pudo constatar en carne propia el nivel de ruido que los aplausos producen al tocar tierra la aeronave nos entendió y se comprometió a proponernos la solución, a las pocas semanas nos enviaron los diseños preliminares de la señalización e inmediatamente los aprobamos”, concluye Valenzuela.
Según explicó el funcionario, la idea no es restringir de plano la manifestación de euforia, pues esto sería incluso inconstitucional, en la medida en que afectaría la libre expresión. Simplemente se trata de regularla. Así, la luz se mantendrá encendida durante abordaje, despeje, vuelo y aterrizaje y solo se apagará por un lapso de cinco segundos una vez el avión haya frenado y comience su recorrido hacia la posición asignada por la torre.
También se apagará cuando en el avión se encuentre algún deportista al que los pasajeros quieran rendirle un homenaje mediante un aplauso en pleno vuelo o cuando la destreza del capitán permita superar una emergencia. En este caso, la demostración de gratitud podrá ser de hasta 15 segundos.
A comienzos del año pasado la Aerocivil estudió la idea de prohibir de tajo los aplausos a bordo de las aeronaves de empresas colombianas, pero desechó la idea ante un concepto del Ministerio de Cultura que aseguraba que dicha práctica ya hacía parte del patrimonio inmaterial vivo de la nación.
Debe estar conectado para enviar un comentario.