Publicado el por en Internacional.

Un lamentable episodio empañó ayer la inauguración de la ampliación del canal de Panamá. Una embarcación de bandera colombiana , de nombre «Cindy Tatiana», contravino todos los protocolos y decidió por cuenta propia saltarse la fila de barcos que surcaba el recién reinaugurado paso tomando la vía reservada para el tránsito en sentido contrario.

Como era de esperarse, fue cuestión de minutos para que «Cindy Tatiana» se encontrara de frente con la fila de naves que venía del Oceano Pacífico con destino al Atlántico generando un colapso de importantes dimensiones ante los ojos de más de mil invitados especiales que el gobierno del Istmo había instalado a la altura de las esclusas de Miraflores con motivo de tan importante acontecimiento. Muchos creyeron que se trataba de un espectáculo de acrobacias navales, pero se desencantaron luego de la quietud observada durante dos largas horas.

Al ser requerido por las autoridades panameñas, el capitán de «Cindy Tatiana» primero miró para otro lado, como queriéndose desentender. Luego, ante la insistencia y las rechiflas, visiblemente molesto, respondió: «qué les pasa, pirobos, tengo afán, ¿mucha envidia de que yo si me avispo? Sapos hijueputas», dijo para luego violentamente romper el espejo retrovisor de la embarcación noruega con la que se topó de frente causando auténtico pánico entre quienes en ese momento se encontraban en el puente de mando y que aseguraron jamás en sus vidas como marino haberse sentido tan intimidados y haber visto tal grado de hostilidad. Esto último lo afirmó uno que ha sido varias veces víctimas de piratas somalíes.

Abochornada, la canciller colombiana, María Ángela Holguín, ofreció ser mediadora, cosa que el presidente panameño, Juan Carlos Varela, inmediatamente aceptó. Desafortunadamente, la funcionaria regresó minutos después visiblemente alterada dado el calibre de los piropos y lo indebido de las propuestas con las que la recibió su compatriota.

Tras las disculpas de rigor, Varela invitó a los presentes a retirarse, mientras daba órdenes terminantes de que un remolcador se llevara la embarcación de regreso a aguas del Caribe, maniobra que obligó a por lo menos veinte buques que habían esperado pacientemente a retroceder también y así perder dos días de viaje. Resignados, sus capitanes vieron pasar a Cindy Tatiana remolcada mientras su capitán les hacía gestos soeces.

«Ofrecemos nuestras más sentidas disculpas a la comunidad internacional. Sabemos que la doblefila hace parte de nuestra identidad nacional  y el propósito del gobierno de Juan Manuel Santos es que con la paz y con el apoyo mediante desembolso de recursos de cooperación de la comunidad internacional podamos fijar una hoja de ruta para acabar con ella en el largo plazo», se lee en el comunicado que hoy a mediodía publicó la Cancillería.

Comentarios

Comentarios