Publicado el por en Miscelánea.

chocorramohawaiana

Esto es lo que pretende el Ministerio de Cultura que llevará la petición a la próxima asamblea de la Unesco donde, por primera vez, se elaborará un listado de los alimentos patrimoniales de cada nación.

«Mira, todo esto se enmarca en una concepción viva del patrimonio. Patrimonio no puede ser algo allá arriba en un pedestal o exhibido en una fría estantería de un museo. El Patrimonio es lo que vivimos y comemos a diario y no en los restaurantes más caros, sino en los andenes y cafeterías, lo que más permea y marca la vida de las personas», asegura Julieta Jaramillo, de la dirección de Patrimonio del Ministerio.

Después de una ardua deliberación a nivel local, quedaron por fuera de la propuesta la empanada de arroz y carne, el perro caliente bañado en salsa de piña y la arepa paisa rellena de leche condensada, según se supo por no contar con un buen padrinazgo ni ser lo suficientemente representativos a nivel nacional.

Sin embargo, fuentes alternas aseguran que la verdadera razón por la que  estos alimentos fueron excluidos de este listado fue por una petición formal por parte de la Cancillería que teme un incidente diplomático por una segura emergencia estomacal en los desprevenidos estómagos de los jurados de la Unesco en caso de que quisieran probarlos.

Importante anotar que ambos manjares desplazaron a otros que históricamente han sido identificados como típicos de este país como el ajiaco o la bandeja paisa.  «Hicimos un estudio y concluimos que la mayoría de esos platos solo se comen cuando vienen gringos, nunca después de una borrachera y a eso es a lo que le apuntamos en esta revolución del concepto de gastronomía patrimonial: a comidas que estén arraigadas en la cultura material vernácula, en la cotidianidad del colombiano de a pie, como tú o como yo, ¿comprendes?», acotó Jaramillo mientras oprimía con la otra mano el atomizador del splash de sandía.

Por último reveló que el único requisito que podría fijar la entidad con sede en París sería el de evitar que estos platos caigan en mano de algún chef de vanguardia pues es muy alto el riesgo de que terminen reducidos a una reducción de Chocoramo con esencia transfigurada de Pizza Hawaiana disponible a un precio superior a los 200.000 solo la experiencia, sin la comida.

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