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Tras conocerse que un profesor de bachillerato del Instituto Técnico y Comercial «Alfonso Valdivieso» de Bucaramanga decomisaba láminas de sus alumnos para luego pegarlas en su propio álbum, las reacciones no se han hecho esperar.

Los niños de la institución han pedido medidas cautelares a la CIDH, que esta mañana se pronunció sobre el caso diciendo que los derechos de los niños prevalecen sobre los de los adultos.

La editorial Panini lamentó el hecho que considera un flagrante caso de censura, mientras que conminó a los estudiantes afectados a comprar más láminas para recuperar las decomisadas.

Sin embargo, esto último puede no ser necesario ya que el abogado Abelardo De La Espriella ofreció sus servicios profesionales para representar a los menores en una demanda que busca obtener entre otras cosas reintegración total de las láminas decomisadas, 15 minutos más de recreo por un año, cinco décimas en la nota final y un paseo de todo el colegio a Panachi (Parque del cañón del Chicamocha).

El maestro, por su parte, ya está siendo representado por el abogado Jaime Lombana que como honorarios sólo pidió que el maestro le dé el álbum lleno y salir en todas las entrevistas del caso.

El procurador Alejandro Ordoñez y el presunto Alcalde de Bogotá Gustavo Petro se trenzaron anoche en un rifirafe sobre el caso argumentando el primero que el fútbol es cosa del diablo y el segundo que en la Bogotá Humana esto no habría pasado ya que a los niños bogotanos no les alcanza para llenar el álbum, cosa que es irrelevante pues tiene pruebas de que Panini hace parte de una poderosa mafia de dueños de empresas dedicadas a la producción de cromos autoadhesivos empeñada en acabar con los gobiernos democráticos del continente.

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