Un terrible caso se presentó hoy en el zoológico Tuo-zhiko, en la ciudad china de Suzhou, cuando un niño de cuatro años pasó varias barreras de seguridad y terminó devorado por un tigre de bengala.
El niño, cuyo nombre permanece en reserva, estuvo veinte minutos en la jaula del tigre, llamado To-ni, molestándolo, pegándole con un palo y jalándole el pelo, todo frente a la mirada aterrorizada de los guardianes, que no sabían cómo proceder.
«En estos días vimos lo que le pasó al gorila del zoológico de Cincinatti, y la furiosa reacción de la gente, indignada por su muerte. Por eso acudimos inmediatamente a Weibo (una red social muy popular en China, similar a Twitter) para ver lo que la gente quería que hiciéramos», declaró Chin Lu, director del zoológico. «China no es un estado confesional, pero eso no impide que aquí también la voz de las redes sociales sea la voz de Dios».
Tras analizar las reacciones de la gente, y buscando controlar la crisis de reputación, decidieron hacer un concurso con dos hashtags diferentes, con ayuda de varios Youtubers e influenciadores. Luego de medir la decisión con un sentimiento más positivo de los seguidores, optaron por obedecer la sabiduría popular y no dispararle al tigre, que además es una especie en vías de extinción, caso contrario de los infantes.
Mientras esperaban a que un dardo tranquilizante hiciera efecto, el tigre se comió al niño.
#To-niVive fue Trending Topic durante todo el día y el Facebook del zoológico obtuvo más de 20.000 likes en pocas horas.
«Imagínense lo que hubiera pasado si hubiéramos disparado, como le hicieron al gorila Harambe», sería el fin de este zoológico. La gente es sabia y nos ayudó a pensar con calma y sin afanes, puntualizó el director.