En vista del auge que ha cobrado en meses recientes el acto de indignarse por cualquiera sea la razón y dado el recorrido del país en materia de récords peculiares, un grupo de jóvenes de todo el país decidió para el próximo 20 de abril organizar la «indignada más grande del mundo» en el parque Simón Bolívar de Bogotá.
El ejercicio consistirá en convocar a miles de ciudadanos -el objetivo es congregar 200.000- en la plaza de eventos de este lugar así como en otros espacios que usualmente se utilizan en eventos como rock al parque. «Si quieres pon que será como un Indignate al parque'», comentó uno de los promotores para luego explicar que se instalarán pantallas gigantes con imágenes susceptibles de provocar esta reacción.
A ellas tuvo acceso AP y pudo constatar que incluye, entre otros, escenas de filas para renovar el pase, de cartas de restaurantes fusión y moleculares de Bogotá junto a fografías del tamaño de las porciones; taxistas pidiendo más sencillito tras recibir un billete de 5.000 como pago de una carrera de 3.500; congresistas soñando y lo que es peor, babeando, en sesión plenaria; recibos de pagos de millonarias mesadas de magistrados que apenas estuvieron una semana en dichos cargos; planos inéditos de la troncal de la calle 26; un sobrevuelo por Villa Valeria, el condominio levantado por Carlos Palacino con el irrestricto apoyo de Saludcoop e imágenes de articulados de Transmilenio con el logo de sardinas Van Camp’s.
Un aspecto importante que no se le escapó a los promotores fue el de ofrecerle a los participantes alternativas una vez alcanzaran su pico de indignación. Así, se dispusieron desde sacos de arena con rostros de populares intérpretes de Tropipop para golpear, hasta gorros tipo «Don Ramón» para lanzar al piso y poder llevar a cabo una pisoterapia idéntica a la que inmortalizara el actor y cómico mexicano. Para quienes tienen más desarrollada su faceta mística habrá un gran jardín Zen.
De igual forma, empresas líderes en productos para la afeitada con apoyo de la Secretaría de Salud estarán distribuyendo cuchillas. «La idea esta vez no es propiciar tal cosa como una jornada de suicidos masivos. Pero si algo así ocurre y, de paso, batimos otro récord, pues bienvenido, un logro más para el país», aseguró la fuente de la organización.
Lo único que podría empañar la jornada sería la indignación del indignado local Gustavo Bolívar quien se encuentra muy indignado por no haber sido vinculado al acontecimiento. Ha dicho que entablará cualquier acción legal que sea necesaria apoyado en el hecho de que hace poco terminó con éxito el proceso que le concedió a él la patente, la marca, el registro y todos los derechos morales y pecuniarios sobre la indignación en Colombia y países del Pacto Andino. «Aquí nadie se indigna sin mi permiso», afirmó indignado.
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