Tras la ola de indignación que generó la muerte violenta de tres jóvenes en un barrio popular del norte de Bogotá el pasado 9 de septiembre, las autoridades, lideradas por la Fiscalía General de la Nación, lograron armar las piezas del rompecabezas en tiempo récord para que no haya impunidad en relación con este hecho que estremeció al país.
Como todos recuerdan, la muerte de Javier, Giovani y Mario durante las protestas que tuvieron lugar esa noche movilizó a toda la sociedad al punto que el presidente, Iván Duque, dos días después de los hechos lució un atuendo juvenil como homenaje a los caídos.
Voceros de todos los partidos, de los gremios y de organizaciones de la sociedad civil firmaron entonces una declaración conjunta afirmando de manera categórica que era una tragedia para el país el que cualquier institución llamada a proteger a los ciudadanos, sobre todo a los más vulnerables, terminara desviándose a tal punto de su misión que arremetiera contra ellos de manera violenta.
«Como todos sabemos, si algo nos une en Colombia por encima de las diferencias es el estar de acuerdo en que todas las vidas tienen el mismo valor, en que todos los ciudadanos sin importar su género, condición social, ideología o posición socioeconómica gozan de plena igualdad ante la ley y las instituciones con un afortunado sesgo preferencial por los más necesitados, envidia histórica de otros países», planteaba la misiva que recogió, además, 20 millones de firmas en solo tres días a través de la plataforma change.org.
Todas las voces coincidieron en que la sola sospecha de que tres jóvenes perdieran la vida por una desmedida reacción de la Policía era algo gravísimo que obligaba a una reacción inmediata y a tomar correctivos de fondo. Los rostros de las víctimas se divulgaron por todos los medios de comunicación y las redes sociales así como sus historias de vida fueron expuestas en un marco de dolor y consternación en múltiples homenajes. Un solo desadaptado que desde su perfil de Twitter escribió «quién sabe en qué andarían, de seguro no eran unos angelitos» fue objeto de una severa sanción social.
«Tenemos que preguntarnos qué estamos haciendo mal para que tantos jóvenes en este y en otros barrios tengan esa percepción de una institución que debería ser su aliada, merecedora de toda su confianza por estar siempre de su lado», afirmó el 10 de septiembre Iván Duque en un sentido y recordado discurso que pronunció en el parque principal del barrio, cercano al lugar de los hechos. Se recuerda también de ese día el llanto del Ministro de Defensa en entrevista radial cuando quiso ofrecer disculpas por lo ocurrido.