El viejo porno ha muerto. Las fotografías de senos, penes y vaginas ya no entusiasman a los consumidores de esta milenaria industria. La irrupción de Internet significó también la masificación de este género y, sobre todo, acabar con las barreras para acceder a contenidos de este tipo que otrora eran en gran medida responsables de su atractivo.
Y no solo eso. La posibilidad que cualquier usuario o usuaria de teléfono inteligente tiene de exponer sus partes privadas he hecho que observarlas pierda su encanto. Un estudio de la Universidad de Illinois demostró que los hombres ahora tardan hasta 70% más de tiempo en lograr la excitación cuando observan senos comparado con lo que les tomaba hace treinta años.
Todo esto ha llevado al negocio a reinventarse. Y vaya si lo ha hecho. Así nace el nuevo porno que consiste, en pocas palabras, en imágenes de ultrasonido del interior de los órganos que antes se exhibían únicamente en su faceta exterior. Ecografías y radiografías de senos, penes y vaginas hoy hacen furor entre los jóvenes estadounidenses, que las esconden, como hacían sus padres con las revistas Playboy, debajo del colchón y trafican con ellas en los patios de las secundarias.
La tendencia, como era de esperarse, ya tocó las puertas de Hollywood. Donde sus divas se ruborizan cada vez que son interrogadas respecto a sí serían capaces de mostrar «todo», lo cual incluye, ya lo saben, el interior de sus glándulas mamarias y de su sistema reproductivo: útero, ovarios, canal vaginal y trompas de falopio. Al parecer, Madonna, Miley Cyrus, Lady Gaga y su homónima Noriega serían las primeras en levantar de esta forma ampolla en la opinión y, de paso, en las extremidades de jóvenes que ingresan a la pubertad.
«Vamos a sacarle provecho lo más que podamos. Pero sabemos que apenas salga al mercado el iPhone 14 que, según dicen, vendrá con unidad de ultrasonido para, justamente, este tipo de fotografías, tendremos que pensar en otra cosa. Quizás imágenes del aura. No sabemos. El caso es que esta industria ya no es lo de antes», concluyó una reconocida figura del negocio que prefirió omitir su identidad.
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