Después de la venta de Isagen, los planes para construir extensas autopistas 4G y las múltiples concesiones mineras, entre otros, el gobierno nacional ha decidido revaluar las funciones de Ministerio del Ambiente para el mejor aprovechamiento de esta entidad.
«Todo es en pro de la austeridad» dijo el presidente Juan Manuel Santos en una intervención bastante acalorada. «Ahora que hemos delegado el cuidado de parte de nuestro hermoso territorio a responsables empresas transnacionales y dado que muchas de las funciones del Minambiente ya las están cumpliendo los ministerios de minas y transporte, hemos decidido eliminar las redundancias que en esta épocas de vacas flacas y chigüiros sedientos no podemos permitirnos», concluyó mientras se abanicaba con el discurso.
El Ejecutivo ha decidido que ante la «falta de oficio», el Ministerio de Ambiente ahora trabajará en llave con empresarios de la rumba y licoreras departamentales para velar por el buen ambiente en fiestas, bares y restaurantes. «Escenarios lúdicos de vital importancia para este país que ha sido reconocido como el más feliz del mundo, y que serán vitales durante el posconflicto», aseguró Santos.
Entre las nuevas funciones del Ministerio de Ambiente estarán las de capacitar bouncers para controlar que borrachos y gente de mala actitud no «se tire» el ambiente de los sitios, gestionar la beca París-Tiesto para el intercambio cultural de DJs nacionales y extranjeros. También difundir coreografías para bailes grupales como la Macarena, el Carrapicho y el Aserejé y asegurar el uso de luz tenue y música estimulante en locales que facilite el encuentro de los cuerpos. Para cuestiones relacionadas con la ecología y el medio ambiente el gobierno, ha habilitado un call center para que la gente llame y deje sus quejas y reclamos. «Yo soy un chacho en eso, pre», le dijo el actual ministro Gabriel Vallejo a su jefe.
«Qué orgullo tan grande» dijo emocionado Andrés Jaramillo, fundador del restaurante Andrés Carne de Res, que ya suena como próximo ministro de ambiente. «Ya era hora de que este país organizara sus prioridades y se metiera a este trencito del progreso. Yo le aseguro que con estas nuevas medidas, sin importar los caprichos del clima, vamos a poder asegurar que en los bares, por lo menos, la temperatura va a subir donde tiene que subir», concluyó mientras rechazaba la entrada de dos feos a su local de Chía.